jueves, 28 de febrero de 2008

Cayos Cochinos

Cayos Cochinos


Salimos de Tegus a las 17:00 hrs. Nos quedaban unas 7 horas largas para llegar a la Ceiba y pasar allí la noche para el día siguiente salir a primera hora rumbo a Sambo Creek en donde nos esperaría “Omara”, según Ricard, con su lancha para ir a las islas.

Llegamos a la Ceiba sobre las 24:00hrs. Rumbo a la cama. Al día siguiente salimos tal como lo habíamos planeado. Llegamos a Sambo Greeck que esta a unos 15 minutos de la Ceiba, y ya nos recibieron unos cuantos nativos del lugar.

Pasados unos minutos se presento el famoso “Omara” que en realidad se llamaba “Omar” jejeje. Todo un personaje, lleno de cadenas de oro y muy bien vestido. Nuestra sorpresa fue que fueron sus trabajadores quienes nos harían el trayecto. Tres negros, negros. Además del color tenían una condición física de cuidado.

Tardamos unos 45 minutos en llegar a la Isla Grande, en donde teníamos que pagar los impuestos, fueron 100 lempiras por cabeza. Durante el trayecto hasta Isla Grande pasamos al lado de la Isla de la Paloma en donde están filmando el reality show de Supervivientes. Los chicos que nos llevaban nos lo mencionaron como que vaya tipo de supervivencia jejeje y no me extraña, si para ellos el ir a pescar, sumergirse en el mar, incluso pelar un coco con la boca, es algo de lo más normal del mundo.

Ver todo aquello era impresionante, parecía el paisaje que pintamos más de uno cuando éramos niños, la isla con sus palmeras y nada más. Pues así mismo era el paisaje de las islas. Dicen que son en total 13 cayos e islas. Declarado Reserva Biológica por el Congreso de la República de Honduras en 1993, y monumento Natural Marino en el 2003. También dicen que se encuentra la segunda más importante reservas de corales.

Vamos un PARAÍSO en toda regla.

Ese mismo día fuimos a hacer snorkel (buceo con gafas y tubo). Allí en mitad del mar. Tuvimos que utilizar los chalecos pues había que nadar un poco para llegar a donde estaban los corales y los pececitos de colores!

Ya solo ver el agua tan cristalina de color turquesa ya era una maravilla se podrán imaginar ver todo aquello debajo del agua.

Era lindísimo, lo que siempre desee hacer. Estuvimos como una hora y media viendo como comían los pececitos de la rocas, o como se comían los unos a los otros. ¡Y los corales de color lila! Todo un espectáculo. Era para quedarse allí todo el día.

Pero teníamos que ir a la isla donde dormiríamos en una cabaña.

Isla Chachahuate, llegamos y muy amablemente nos recibió Nancy, quien era la que nos daría las cabañas, quien nos haría la comida, etc.

Toda la isla llena de familias negras (garífunas), y unos cuantos guiris como nosotros. Las cabañas eran de base de madera y techo de palmas de las palmeras. Camas de madera y colchones de esponja!, para morirse, super duros jejeje. Pero era parte de la aventura. Había un solo pozo de agua dulce de donde se abastecían todos, así que nos dieron un bote con agua, para que tuviéramos allí. Ese bote nos alcanzó para bañarnos los dos, lavarnos al día siguiente y todavía sobro agua, increíble, lo que uno puede llegar a ahorrar de agua. El baño era comunitario y se limpiaba con agua del mar.

Pero lo que hay que destacar es la comida de Nancy, me sentí como en casa, nos cocinó pescado frito, frijolitos, huevos y una tortillas de harina echas por ella misma. No se que tenían pero eran super ricas, creo que les ponía leche de coco.

En fin que en tampoco tiempo logramos hablar con muchos de la isla, sobre todo las niñas a quienes se les veía muy felices. Jugaban a pegarse y se reían entre ellas, parecía más un espectáculo de Capoira que un juego. También bailaban y lo hacían muy bien.

Uf! Creo que nunca terminaría de escribir todo lo bonito que fue este viaje. En resumen fue un desconectar de todo el mundo! En esa misma isla hicimos snorkel otra vez aunque no habían tantos pececitos de colores como en loas arrecifes.

Al día siguiente después de desayunar llegaron por nosotros, teníamos que irnos, pero antes pasamos por otra isla mucho más pequeña. Allí volvimos a hacer Snorkel, pero esta vez había mucha roca, que cortaba la piel. Así que los que no llevamos zapatos para las rocas tuvimos que nadar todo el tiempo y con alguno cortes.

Estuvimos allí una hora más y volvimos ya a nuestra realidad y con muchas ganas de volver a esos paraísos. Tuvimos de todo, agua, peces, corales, caracoles, luna, sol estrellas de mar, estas nos las sacaron los chicos que parecían peces en el agua, se sumergían a unas profundidades y sin oxigeno, yo tenía muchas ganas de hacerlo, pero mejor me limité a verles como sacaban las estrellas de mar para enseñárnoslas.








miércoles, 27 de febrero de 2008

Cataratas de Pullapanzak

Pullapanzak


Estuvimos visitando las cataratas de Pullapanzak. Sin querer un día navegando por Internet descubrí que existían y lo mejor de todo era que no estaban tan lejos.

Así que fuimos con Ricard.

Están ubicadas a unos 17 km del famoso lago de Yojoa (en Honduras, claro). Al llegar nos ofrecieron un tour para ir detrás de las cataratas, pero nos pedían unos 5 dólares por persona y éramos 5!

La entrada nos costo 30 lempiras. A la entrada del recinto nos encontramos con unas vendedoras de mangos verdes, que mientras vendían iban pelando y preparando los mangos para colocarlos en las bolsas. Conforme íbamos entrando nos dimos cuenta de la humedad que hacia en ese lugar. Justo antes de llegar a las cataratas se veía el balneario lleno de catrachos. Caminamos otro poquito y ya, justo allí estaban las cataratas enormes!

Miden unos 43 metros de altura, tampoco es tanto pero verlo fue realmente impresionante. Además de lo impresionante de su tamaño y su belleza, justo pegaba el sol de lleno y eso provocaba que hubiera un arco iris.

Luego bajamos para ir a ver las cataratas desde un mirador. Cada vez que nos acercábamos se sentía súper húmedo y si a eso le sumamos las gotas y la brisa que provocaba el agua al caer al final estuvimos todos mojados.

Así que nos fuimos a disfrutar de las pozas que hay para refrescarse y vaya si no son para refrescarse, pues el agua estaba fría.

Ya de vuelta paramos a comer a la orilla del lago de Yojoa para comer un rico pescado al estilo de “Yojoa”. Nuestra decepción fue que el famoso pescado ese esta mucho más bueno en un restaurante aquí en Tegus que en el propio lago.

Pero disfrutamos así, un fin de semana más aquí en Honduras, viendo y viviendo la naturaleza.




lunes, 4 de febrero de 2008

Amapala 02-02-08


Estuvimos el pasado fin de semana en Amapala, que esta situada en la Isla del Tigre del Golfo de Fonseca, en el Pacifico Hondureño. Llegamos y rápidamente nos encontramos negociando con un lanchero para que nos llevara a las playas que tiene este lugar. Éramos dos mexicanos, una guatemalteca y un catalán, este último fue quién al final cerró el precio del trayecto. ¿Será de Catalanes o es que ya ha aprendido la lección del “Regateo”?

Fuimos por aquello que parecía más un lago que el mar Pacífico, que saben que de pacifico solo tiene el nombre. Fuimos disfrutando del estupendo paisaje que pasaba frente a nosotros. Por el Oriente podíamos ver Nicaragua y por el Occidente a El Salvador. El lanchero Erick nos iba diciendo que era cada cosa y por supuesto las playas que estaban bien para bañarse, porque no todas estaban adecuadas debido a las piedras y dependía también si la marea estaba alta o baja. Seguimos sus consejos y paramos en la playa Negra, definitivamente la mejor opción. Yo estaba encantada, pues mis anteriores experiencias con el Pacifico las puedo catalogar como traumáticas. Parecía una inmensa piscina solo para nosotros cuatro. Ideal para tumbarse y flotar sin pensar. Justo a las faldas del Volcán Tigre, creo que es el que le da el nombre a la isla. La playa estaba rodeada de rocas volcánicas.

Previamente nos habíamos tomado unas limonadas que estaban ¡deliciosas! Allí mismo sufrimos un pequeño ataque de mosquitos que se adelantaron al repelente.

Luego ya nos fuimos a comer a un comedor con unos baños muy particulares. Tanto por su apariencia como por sus señalizaciones “no disponible este vaño” o “ por fabor después de utilizar los baños echar agua” y es que la forma de echar agua era con un cubo.

El menú era todo a base de mariscos y pescado. Ricard pregunto por la diferencia de precios de los pescados y le llevaron los pescados frescos para que escogiera, ¡todos eran enormes!

Mientras nos hacían la comida estuvimos haciendo fotos a las lanchas y justo en ese momento había un grupo de personas haciéndose fotos con las langostas que le llevaban a la dueña del restaurante, tan frescas que estaban en movimiento.

Después de estos detalles se imaginarán que todo estaba sabroso, yo comí un caldo de mariscos, que traía como 4 langostinos enormes! Y dos camarones igualmente grandes.

Aunque el caldo no estuvo tan bueno como el de “La Pema” (un restarante en San Miguel- El Salvador) el resto si. Y todo eso por 260 lempiras, ¡unos 9,25 por los dos! Impensable en Barcelona.

Luego ya comidos debíamos de volver porque la marea empezaba a bajar y los lancheros debían de aprovechar el agua para pasar. Así que iniciamos nuestra vuelta.La lancha llevaba el escudo del Barça pintado, es un detalle importante a resaltar.

A nuestra llegada al pueblo nos encontramos con la misma escena de hace 15 días en Guatemala, una rueda pinchada! Solo que esta vez bajo el sol de las 16:00hrs. Así que muy sabiamente Víctor busco quién podría hacerlo por nosotros. Nos la cambiaron por 30 lempiras (1,07€) sin arreglarnos la otra porque justo en ese momento se había ido la luz en todo el pueblo y alrededores.


Llegamos a Tegu. Acabamos nuestro día tomando un licuado de Frutas, que son adictivos. Esa noche dormimos super relajados. No cabe duda que el contacto con la naturaleza es desestresante y dejamos la playa llena de iones.



Los protagonistas de este viaje:

1. Vane y Ricard
2. Tanya y Victor
3. Erick y su amigo